En las mesas tradicionales de Durango, el viajero sentirá la irresistible tentación de la carne. Y será difícil ignorar su sugestiva presencia, resistirse a las fragancias exquisitas e instigadoras, reprimir el deseo de entregarse o rendirle culto al sabor festivo y contundente de las ricuras gastronómicas que se preparan en las cocinas y fogones de esta tierra campestre y ganadera, mexicana.
Al caer en la tentación, usted se deleitará con las inolvidables carnes adobadas y los proverbiales quesos de Durango, dos de los ingredientes principales de una cultura que tiene en el caldillo durangueño (a base de carne seca y chile) a su potaje estelar.
Pero los "pecadillos gastronómicos" no terminan ahí, sino que incluyen otras recetas sublimes como el lomo relleno de cerdo, sazonado con vino blanco y condimentado a veces con miel de maguey; el asado de venado, acompañado con trozos de jamón y embadurnado con mantequilla; y las gallinas borrachas de Durango, un guiso al que se le agrega jamón, chorizo, pasas y almendras.
El queso flameado es otra de las ricuras que conquista el paladar de los viajeros cosmopolitas, quizás por la gran calidad de este producto lácteo considerado el mejor de México, en particular los fabricados por los menonitas, una comunidad de raíces alemanes que se caracteriza por su profunda religiosidad. Ellos arribaron al estado a comienzos del siglo XX.
Una de las peculiaridades culinarias de Durango es la gran habilidad de sus cocineros para mantener los alimentos frescos, a través de la preparación de conservas. La técnica permite disfrutar de los incomparables dulces de nuez y almendra y de los quesos añejos, por mencionar solo un par de ejemplos. No queremos terminar de abrirle el apetito. Al final de un buen festín, no hay nada mejor que un delicioso postre de huevo, preparado con migajas de pan, leche y azúcar, luego de pasar por el horno se le agrega un toque de almíbar; o los mostachotes de Durango, unos merengues que suelen acompañar a las copas de helado.
Si se trata de brindar, hágalo con mezcal (aguardiente destilado del maguey), una de las bebidas más entrañables y degustadas de México. Su toque fuerte y agradable lo hace ideal para acompañar cualquier banquete. Una opción más sueva y agradable es el licor de durazno. Esta bebida es preparada con frutos maduros y pelados, los mismos que se dejan macerar en alcohol de caña. Al mes este es cambiado por un jarabe a base de azúcar, agua y vainilla.