En el principio de nuestra historia podemos decir, que los otomíes, fueron pobladores que buscaban mejores climas y medios de subsistencia.
Desconocían la agricultura y se alimentaban de frutos naturales y de la caza, pero no se establecían en un lugar.
Casi un milenio después aparecieron nuevos pobladores, los nohas, que cazaban y comían iguana, miel, pinole y tunas. Recolectaban maíz, calabaza, frijoles y cultivaban maguey, el cual utilizaban hasta la raíz, con la obtención del pulque y mezcal.
En las costas conocían la obtención de sal y se obtenía pan, comían abundante pescado y sabían de la conservación y salazón de las especies marinas. Los nohas progresaron en la agricultura y vida social con banquetes y bebidas, disfrutaban de las cañas de tabaco.
Ambos pueblos coincidían en el sur del territorio, se fundieron sus vidas y costumbres, y el mestizaje llego hasta las costas del Atlántico, por los nohas y otomíes.